
“Desde hace tiempo se reconoce que los colores se conectan con las emociones en el cerebro y también se ha podido comprobar que los colores de nuestras habitaciones pueden influir en nuestro estado de ánimo, la concentración e incluso hasta en nuestra digestión. La respuesta a un estado de ánimo oscurecido podría estar en nuestra paleta de colores de nuestro entorno. Si esto es así, por qué no echamos mano a nuestro arco iris de pinceles y nos trasladamos a una actitud más sana, más feliz y más productiva en nuestras viviendas.”
¡Oh amor poderoso¡ Que a veces hace de una bestia un hombre, y otras, de un hombre una bestia. William Shakespeare