
Prepara tu casa para esta cálida temporada empleando tonos fríos relajantes y materiales naturales.
Cada día, el sol brilla con más fuerza y empieza a calentar. Es momento de dar un toque de color y llevar el espíritu del verano al ambiente. La interiorista Chaska Román y la Arquitecta Carla Cruz te dicen cuáles son las tonalidades y los materiales que debes incluir en la decoración para transmitir un efecto refrescante.
Tonos. Los que remiten al verano y proyectan una sensación de relax son los azules, turquesas, celestes y verdes.
Además, al ser fríos, evitan que el lugar luzca demasiado cálido, Puedes exhibirlos pintando la pared existen modelos con tramas de madera envejecida de tonos azules (que generan un efecto náutico) o con imágenes de plantas tropicales.
Si no deseas arriesgarte tanto, ubícalos en complementos como cojines y cuadros, Si buscas llevar los colores cálidos a las estancias puedes apostar por el rojo, el naranja y amarillo, no obstante, deben estar en presentes en pequeñas dosis para no saturar el espacio, por ejemplo, en adornos, lamparas o flores.
Accesorios. Las piezas de mimbre, ratán, seagrass u hojas de plátano acentúan el look de verano en los ambientes. Pueden lucirse en una pequeña butaca, una mesa de centro, pantallas de lamparas, bandejas e incluso en cabeceras de cama, en la terraza se muestran en todo su esplendor en juegos de sala o de comedor. Para un mejor cuidado del mobiliario que tienes en áreas abiertas debes cubrirlo con fundas.
Alfombras. En esta estación se prefieren las piezas de fibra natural. Si bien estos no producen calor, suelen exhibirse en tejido plano. También se usan los elaborados en algodón sisal, coco, bambú y yute.
Textiles. Si deseas retapizar tus sofás o comprar ropa de cama nueva, inclínate por telas frescas, como el lino y el algodón.
Fuente: Carla Cruz, arquitecta
Presta el oído a todos, y a pocos la voz. Oye las censuras de los demás; pero reserva tu propia opinión. William Shakespeare